MENTAL, LA UNIÓN DE
ESPACIO Y TIEMPO
ABSTRACTOS

“El tiempo no existe, sino solo cambio” (Ernst Mach)

“El tiempo es una creación humana que no existe fuera de nuestras mentes” (Frank Kinslow)

“La totalidad del tiempo sólo existe en el ahora” (Ken Wilber)

“El tiempo no tiene partes, es todo uno” (Bergson)



El Principio de Causalidad Descendente y el Espacio-Tiempo

Según el principio de causalidad descendente, todo fenómeno no es más que una manifestación de lo profundo. En este sentido, espacio y tiempo (tal y como los percibimos) deben ser manifestaciones superficiales de algo más profundo. “Hasta el espacio y el tiempo no solo no son reales, sino que son proyecciones que vienen de algo más profundo y misterioso” (Fred Alan Wolf).

Esta concepción de la física basada en el principio de causalidad descendente se puede denominar “física profunda”.


La dualidad del espacio

Según el principio mencionado, el espacio tiene dos aspectos:
  1. Superficial. Es el espacio externo que percibimos normalmente.

  2. Profundo. Es un espacio que trasciende lo físico y que conecta todas las cosas del mundo físico. Se le denomina “éter”, un concepto utilizado antiguamente para identificar el espacio absoluto, y que la física cuántica ha redescubierto y reinterpretado como el espacio profundo en el que todo está interrelacionado. Un concepto que permite explicar los fenómenos cuánticos como el entrelazamiento, la superposición de estados y el efecto túnel. En la filosofía hindú, el espacio profundo que interconecta todo se denomina “akasha”, que también se identifica con la esencia o sustancia sutil del mundo material, el quinto elemento.
El espacio superficial sería una manifestación del espacio profundo.


La dualidad del tiempo

El tiempo, lo mismo que el espacio, tiene también dos aspectos:
  1. Superficial. Es el tiempo externo, de tipo lineal, el que experimentamos en nuestra vida diaria. Es el tiempo que avanza siempre en la misma dirección: hacia el futuro. Es la famosa “flecha del tiempo”, una metáfora usada por Arthur Eddington en 1927.

  2. Profundo. Es el tiempo interno, donde todo es simultáneo, donde el tiempo desaparece (es nulo) o el tiempo aparece como totalidad. Es el tiempo asociado a lo eterno o al no-tiempo.

    También podemos concebirlo de forma holográfica: cada instante contiene o hace referencia a la totalidad del tiempo. Lo mismo que el cero se puede interpretar como vacío o pleno (porque en ambos casos se identifica con lo indiferenciado), el presente (como instante sin duración) se puede interpretar como el tiempo nulo o la totalidad del tiempo.

    El aspecto profundo del tiempo hace referencia a la consciencia profunda. En el tiempo profundo no hay pasado ni futuro. Se puede considerar también como la unión de los opuestos (pasado y futuro) o como la unión del presente (del no-tiempo) y de la totalidad del tiempo. En el no-tiempo vive la consciencia, el poder, la libertad, la creatividad, la intuición, lo metafísico.
El tiempo superficial sería una manifestación del tiempo profundo.

La dualidad del tiempo se suele simbolizar con la metáfora de la rana y el pájaro. La rana siente el paso del tiempo. Pero para el pájaro no hay tiempo, todo es permanente, inalterable, eterno.

Consideramos que el tiempo es algo objetivo e inevitable, que avanza linealmente desde el presente hacia el futuro. Y que ni el pasado ni el futuro existen, que solo existe en cada momento el presente. Nos han educado para procesar el mundo de forma secuencial, basado en el principio de causa y efecto.

Pero todo existe en el presente. Los acontecimientos pasados no se han perdido para siempre, sino que están presentes en todo momento. Y los acontecimientos futuros también están en el presente. Nuestras vidas anteriores y futuras existen en el presente.


Espacio, tiempo y la física

Según la física clásica newtoniana, el espacio y el tiempo son magnitudes físicas absolutas e independientes.

Según la física cuántica, en el nivel físico más profundo el tiempo desaparece. El pasado, el presente y el futuro son el mismo momento. Einstein, en una carta dirigida a la familia de Michele Basso, un buen amigo suyo, fallecido el 15 de Marzo de 1955, decía: “ Ahora ha partido de este extraño mundo un poco antes que yo. Eso no significa nada. Las personas como nosotros que creemos en la física, sabemos que la distinción entre pasado, presente y futuro no es más que una terca ilusión persistente”. Einstein falleció un mes y tres días después que su amigo (el 18 de Abril de 1955).

A nivel físico profundo, el espacio también desaparece. Esto explica el fenómeno del entrelazamiento cuántico y que una entidad cuántica esté aparentemente en varios sitios a la vez.

En física cuántica, el espacio y el tiempo parece ser relacionales, no locales. “Todo es no local. Las partículas están íntimamente conectadas en un nivel que trasciende el tiempo y el espacio” (Fred Alan Wolf).

Según la física relativista, espacio y tiempo son dos aspectos de una misma magnitud física: el espacio-tiempo. La física relativista considera el tiempo relativo, y donde espacio y tiempo están unidos en la magnitud espacio-tiempo.


El espacio, el tiempo y los dos modos de consciencia

Nuestra mente categoriza, pero la categorización principal es la de tipo dual, que se manifiesta en los pares de opuestos, que están asociados a nuestros dos hemisferios cerebrales. Por ejemplo, concreto-abstracto, específico-genérico, real-imaginario, etc. Esta unión de pares de opuestos es realizada por la conciencia.

Los dos aspectos del espacio y el tiempo son casos particulares de los dos modos de consciencia. El hemisferio izquierdo (HI) corresponde a lo superficial; el hemisferio derecho (HD) corresponde a lo profundo. Según Kant, espacio y tiempo son los dos modos principales de la consciencia humana.

Lo profundo es siempre superior a lo superficial. Por lo tanto, la consciencia del HD es superior a la del HI. Como el tiempo está asociado al HD, y el espacio al HI, el tiempo es “superior” al espacio. La consciencia del tiempo es superior a la del espacio

A nivel temporal, el dualismo se manifiesta como los conceptos opuestos de pasado y futuro: El presente no puede existir porque no tiene extensión temporal. El presente es una abstracción, no existe realmente, como no existe el punto geométrico. Lo que llamamos presente es una sensación producida por la persistencia de los sucesos en nuestra memoria.

El futuro, aunque condicionado por el pasado, se presenta, aparentemente, como un conjunto infinito de posibilidades que se colapsan en favor de solo unas pocas. Avanzamos hacia el futuro seleccionando continuamente la alternativa que más se identifica con nuestras creencias y expectativas. Normalmente esta selección es inconsciente. Se trata de que las elecciones sean cada vez más conscientes.

El tiempo aparentemente pasa porque percibimos cambios; cambios que hacen, a su vez, cambiar a nuestra mente. Percibimos el paso del tiempo porque nuestra mente cambia. Si nuestra mente no reaccionara a los cambios externos, no percibiríamos los cambios externos ni el paso del tiempo.

El tiempo superficial está asociado al hemisferio izquierdo (HI), al pensamiento, a lo racional, lo discreto, lo analítico. Y el tiempo profundo está asociado al hemisferio derecho (HD), a lo contemplativo, lo intuitivo, lo continuo, lo sintético.

Cuanto más activo está el HI, más deprisa pasa el tiempo, el tiempo se comprime. Y cuanto más activo está el HD, más despacio pasa el tiempo, el tiempo se dilata, se expande.

Por lo tanto, a mayor consciencia, el tiempo pasa más despacio, el tiempo se dilata. Con consciencia total (conciencia pura), el tiempo se detendría. Con menor consciencia, el tiempo pasa más deprisa, el tiempo se comprime. Con consciencia nula, el tiempo literalmente volaría. La percepción del tiempo es un indicador de nuestro nivel de consciencia.

A medida que avanzamos desde lo superficial hacia lo profundo, el tiempo se dilata. En el nivel más profundo de todos, en el alma, el tiempo desaparece. Desde ese lugar, contemplamos la totalidad, donde todo es la misma cosa, donde todo está conectado. Y además hay sincronización entre mundo interior y mundo exterior, por lo que no se necesita memoria. “El alma no piensa, percibe” (Harold Klemp).

La tabla siguiente resume lo anterior:

Hem.FunciónTiempo
psicológico
y Consciencia
Izq.PensamientoSe comprime
Der.PercepciónSe expande

Pero en el reino imaginal todo lo que es posible que suceda ya existe en una dimensión temporal absoluta, en donde no existe distinción entre pasado, presente y futuro. Las relaciones temporales (simultaneidad, precedencia, etc.) entre los objetos son relaciones como otras relaciones cualesquiera. Cuando ocurre algo o vivimos una experiencia, lo único que estamos haciendo es acceder a algo que ya existe previamente. El reino imaginal es el reino de todas las posibilidades.

Podemos relacionar los dos tipos de espacio y tiempo con la sintaxis y la semántica del lenguaje. La sintaxis es el aspecto superficial, representable, del lenguaje. La semántica es el aspecto profundo del lenguaje, que no se manifiesta nada más que mediante expresiones particulares. De la misma manera que la semántica no puede expresarse (ni formalizarse), el espacio y el tiempo profundos tampoco pueden expresarse. Solo puede manifestarse mediante expresiones particulares. Por lo tanto, no puede haber una teoría formal del espacio ni del tiempo profundos. Es la interpretación generalizada del teorema de incompletud de Gödel: lo profundo no se puede formalizar. Desde lo superficial no se puede acceder a lo profundo.


El tiempo superficial como cambio o como novedad

El tiempo superficial se experimenta como cambios en los contenidos del espacio. El tiempo que percibimos externamente es cambio. Si no hay cambio, no hay tiempo o no hay percepción del tiempo.

Hay que diferenciar entre los conceptos de “cambio” y “novedad”:
Tiempo circular

En la cultura occidental el tiempo se considera lineal. En la cultura oriental se admite sin cuestión que el tiempo es circular (o cíclico). El tiempo circular simboliza la unidad indivisible del tiempo, la eternidad, donde no existe ni principio ni fin.

El concepto de tiempo circular es muy antiguo. Su formulación renovada se debe a Nietzsche, con el “mito del eterno retorno”, idea planteada en “La Gaya Ciencia” y desarrollada en “Así habló Zaratustra”. Para Nietzsche lo que se repite son, no solo los acontecimientos, sino también los pensamientos y las emociones.

El tiempo circular admite dos interpretaciones:
  1. La literal. Todos los fenómenos se repiten cíclicamente, siempre en el mismo orden. La repetición es exacta en cada ciclo. En cualquier caso, el eterno retorno en sentido literal va en contra de la evolución, que es un principio de la naturaleza.

  2. La metafórica. En cada ciclo se repite el mismo patrón o esquema, pero no los hechos al detalle.
El tiempo superficial se puede simbolizar por el borde de un círculo. El tiempo profundo se puede simbolizar por el centro del círculo, donde todo está conectado.

Algunas opiniones:
Tiempo fractal

El tiempo profundo es holográfico (cada instante equivale a la eternidad), pero el tiempo superficial puede ser fractal, es decir, que se repita un cierto patrón a lo largo del tiempo.

Según Laurent Nottale, proponente de la “teoría de relatividad de escala” [ver Adenda], todas las magnitudes físicas, incluyendo el espacio-tiempo, son de tipo fractal.

En el I Ching (El Libro de los Cambios) se considera un modelo fractal de la estructura del tiempo.


El tiempo como principio unificador

Dada la conexión del tiempo profundo con el HD, diversos autores creen que el tiempo profundo es el principio unificador de la realidad. Tiempo profundo que también se identifica con el presente (o el no-tiempo), la conciencia pura o trascendental, lo metafísico y la verdad.

El principio de “todo está conectado” del tiempo profundo se manifiesta de diversas formas: El fenómeno “deja vu”, la sensación de haber vivido ya un cierto momento, puede ser una conexión del futuro con el presente. Para los partidarios del eterno retorno, ya se ha vivido anteriormente ese momento.

Somos seres que superficialmente vivimos en el tiempo lineal, somos seres lineales. Pero a la vez vivimos en el tiempo profundo, somos seres eternos o atemporales.

Nuestra vida lineal es solo una apariencia. Estamos conectados en todo momento con el pasado y con el futuro. Todo es la misma cosa. El tiempo es una ilusión creada por nuestra mente. A nivel profundo nuestra vida es un punto. Pasado y futuro son solo perspectivas, parcialidades, visiones aisladas, no conectadas. A nivel profundo, el tiempo desaparece, en la conexión profunda de todo.
MENTAL y el Espacio-Tiempo

El principio de causalidad descendente

En el nivel más profundo de la realidad, solo encontramos abstracciones. La realidad profunda es abstracta. Y MENTAL es el lenguaje profundo y abstracto que modela esa realidad, un lenguaje de arquetipos primarios que trascienden lo físico y lo mental y que conectan lo profundo con lo superficial. Lo superficial es una manifestación de lo profundo.


El espacio abstracto

En MENTAL no hay espacio físico, hay un espacio abstracto. Es un espacio en el que se establecen relaciones entre las expresiones. Son las relaciones las que crean el espacio. No hay un espacio a priori, absoluto. El espacio abstracto se va creando a medida que se van tejiendo las relaciones (estructurales, funcionales, causales, etc.).

El espacio abstracto es una imagen del mundo interior, del mundo mental, un espacio flexible y dinámico, en donde se almacenan toda clase de expresiones interrelacionadas: conjuntos, secuencias, funciones, reglas, objetos, etc.

Esta estructura abstracta del espacio coincide con la concepción moderna de la física cuántica. Según Vlatko Vedral [2011], el espacio y el tiempo, los conceptos considerados como fundamentales en física clásica, son secundarios en física cuántica. Lo principal son los entrelazamientos que interconectan los sistemas cuánticos, sin referencia alguna al espacio o al tiempo.


La dualidad espacio-tiempo

En MENTAL, espacio y tiempo están unidos a través de dos tipos de expresiones: las secuencias (o expresiones secuenciales) y los conjuntos (o expresiones paralelas), de tal manera que: Como la secuencia está asociada a lo lineal, es más superficial que el conjunto, que está asociado a lo paralelo, que es el aspecto profundo.

Espacio y tiempo “viven” en el lenguaje como aspectos complementarios o duales. Son como dos caras de una misma moneda. No es posible concebir el espacio sin el tiempo y el tiempo sin espacio, aunque en este caso son abstractos.


El tiempo como cambio en el espacio abstracto

El tiempo como tal no es expresable directamente en MENTAL. El tiempo superficial se manifiesta indirectamente como cambios en las expresiones del espacio abstracto en el proceso de evaluación.

La expresión más simple –y, por lo tanto, de mayor consciencia– de cambio es la expresión que une los opuestos (x = -x), en donde la expresión x se evalúa como una secuencia temporal infinita oscilante entre x y –x. El proceso de evaluación cae en un “pozo” o trampa de la que no puede salir (mientras esta expresión exista).

Una expresión análoga es (x = x'), en donde x se evalúa como la secuencia temporal oscilante entre x y x', siempre que se verifique que (x'' = x).

De aquí podemos inferir que el tiempo más simple y fundamental nace de la unión (vía sustitución) de los opuestos mediante una expresión imaginaria y paradójica.

Otra forma de especificar que una expresión x oscile entre dos valores (a y b) es: Al ser esta una expresión genérica, se evalúa permanentemente, por lo que x se evalúa como la secuencia temporal a, b, a, b, ...

Todas estas expresiones son formas superficiales de especificar un “reloj abstracto”, cíclico, tipo péndulo, dual, un reloj superficial, de mero cambio cualitativo. Un reloj cuantitativo sería, por ejemplo, En este caso, el reloj no es cíclico, es lineal, y va tomando los valores a(1), a(2), a(3) ..., valores ligados a los números naturales.

Las expresiones genéricas permiten sincronizar eventos. Por ejemplo, podemos asociar un proceso cuando x toma el valor a y otro proceso cuando toma el valor b:
Espacio y tiempo de orden superior

Si consideramos los átomos del lenguaje (los caracteres) como espacios de dimensión cero (los equivalentes a los puntos geométricos), un grupo (secuencia o conjunto) es un espacio de dimensión 1. Cada componente del grupo puede, a su vez, ser sustituido por otro grupo, y así sucesivamente, sin límite de profundidad. Como espacio y tiempo están unidos, entonces podemos decir que hay espacio y tiempo de orden superior (espacio de espacio y tiempo de tiempo). Así debe ser, pues todo concepto debe ser reflexivo.


La conexión MENTAL – tiempo

Las expresiones de MENTAL son dinámicas, es decir, toda expresión se evalúa y el resultado de dicha evaluación puede ser otra expresión o la misma. Cuando una expresión no cambia al evaluarse, la expresión es estática. El carácter dinámico es general; lo estático es un caso particular de lo dinámico. En el caso estático no hay tiempo, pues el tiempo está asociado al cambio.

Como toda expresión se evalúa, toda expresión es potencialmente dinámica. Para que haya tiempo, para que algo cambie, debe estar ligado a la sustitución. Porque si algo no cambia, no hay tiempo ni percepción del tiempo. Por lo tanto:
Tipos de tiempos en MENTAL

El tiempo en MENTAL puede adoptar muchas configuraciones, tantas como tipos de expresiones. Puede ser lineal, circular, oscilante, fractal, entrelazado, etc.

Una expresión temporal pura es
(x =: -x).

Un ejemplo de expresión fractal es En MENTAL, las expresiones pueden estar entrelazadas, no solo estructuralmente, sin también de forma funcional y causal. En estas expresiones, espacio y tiempo van unidos, por lo que el entrelazamiento afecta a ambos aspectos a la vez.

Un caso particular de entrelazamiento estructural se produce cuando una misma expresión está compartida entre varias expresiones. Esta característica ocurre a nivel microfísico donde una misma partícula aparece en varios lugares a la vez. Por ejemplo:
El tiempo relacional, no local

Desde el punto de vista de MENTAL, al estar el espacio y el tiempo unidos, como las expresiones están interrelacionadas en el espacio, también lo están en el tiempo. Por lo tanto, el tiempo es relacional.

El espacio-tiempo de MENTAL es el modelo de la realidad profunda, que permite modelizar de manera sencilla los fenómenos cuánticos porque es un lenguaje profundo y abstracto, un lenguaje donde espacio y tiempo se unen, y donde también se unen lo físico y lo mental.

Se puede considerar que todas las expresiones de MENTAL existen ya potencialmente.

La estructura profunda de MENTAL hace que la distinción entre pasado y futuro se diluya. En efecto, dada la interrelación entre todo tipo de expresiones, un resultado del pasado afecta al futuro, pero también un proceso del futuro puede alterar el pasado, porque todo está integrado en el espacio abstracto, donde conviven e interrelacionan pasado, presente y futuro.



Adenda

El método Vittoz de las sensaciones conscientes

El método Vittoz es un método terapéutico de reeducación del control cerebral. Está basado en la idea de que nuestro cerebro funciona alternando la emisión de pensamientos y la recepción de sensaciones. Al tomar consciencia de las sensaciones, se detienen los pensamientos y se contacta con nuestro ser, se vive el momento presente y se produce un estado de calma, libertad y seguridad. Es la antigua sabiduría de “aquí y ahora”. Al abrirse a las sensaciones, se detiene automáticamente (sin esfuerzo) el flujo de pensamientos y emociones, se recupera la energía nerviosa, regenerándose el sistema nervioso central y simpático. “La receptividad equilibra la emisividad, la sensación equilibra el pensamiento” (Roger Vittoz).

Las sensaciones conscientes pueden ser tanto internas como externas. Por ejemplo, sentir el cuerpo en movimiento, la sensación de pisar el suelo bajo nuestros pies, nuestra respiración, observar las formas y colores, etc. Todo ello sin realizar ningún análisis, pues si se realizara, se volvería pensar y a consumir energía nerviosa.

Según Vittoz, la falta de control cerebral produce un desequilibrio entre emisividad y receptividad. La reeducación cerebral se basa en restablecer ese equilibrio actuando sobre las sensaciones conscientes.

Realmente, al percibir de forma consciente estamos activando el HD y paramos el tiempo. Cuando pensamos, estamos activando el HI y haciendo que el tiempo transcurra de forma lineal.


El poder del ahora

Tiempo y mente están conectados, son inseparables. El tiempo es realmente una ilusión, una construcción de la mente, un concepto creado para interpretar la realidad. Pasado y futuro carecen de realidad propia. Lo único que permanece es el continuo presente. La mente percibe el tiempo porque se sincroniza con lo exterior, con los fenómenos, por lo que los contenidos de la mente también cambian.

Pero es posible “liberarse” del tiempo. La clave consiste en vivir permanentemente en el presente, pues en el presente no existe el tiempo. Es lo que Eckhart Tolle llama “El Poder del Ahora”. Cuando vivimos en el presente, no somos conscientes del tiempo, no lo percibimos, vivimos en el no-tiempo, hay plena identificación entre mundo interno y mundo externo. El no-tiempo se puede identificar con la conciencia, que conecta todo.

En efecto, cuando la mente está conectada con el pasado (memoria) o con el futuro (imaginación), la mente está en actividad. Cuando la mente se conecta con el presente, el tiempo se para y la mente (al estar sincronizada con el tiempo) también se para, se detiene. Es lo que Castaneda llama “parar el mundo”. Es entonces cuando se tiene acceso al Ser interior, el yo profundo, un estado de conciencia atemporal, la conciencia pura, la fuente de los pensamientos, lo absoluto, lo indiferenciado, lo inmanifestado, el lugar donde todo está conectado, la fuente de la creatividad, la libertad y la felicidad, y donde se experimenta verdaderamente el flujo de la vida. “El Ser es la vida una, eterna y siempre presente”. “La iluminación es un estado de totalidad en el que estás “unificado”, y por lo tanto estás en paz” (Eckhart Tolle).

El Ser interior no puede captarse con la mente porque está más allá de la mente y los pensamientos, por lo que solo se puede acceder cuando la mente se aquieta. El Ser está oculto tras la mente activa. Si paramos la mente, entonces tenemos acceso al Ser. “Estar identificado con la mente es estar atrapado en el tiempo” (Eckhart Tolle).

La estrategia o técnica general, para acceder al Ser interior y detener el tiempo y la mente, consiste en dirigir la atención, en todo momento, a las percepciones, tanto internas como externas. En efecto, la mente básicamente emite (pensamientos) o percibe (sensaciones). La consciencia de las sensaciones detiene la mente. La percepción consciente es la herramienta para traer la mente al presente. La clave es percibir, observar sin analizar (pasado) y sin imaginar (futuro), centrándonos solo en el proceso de percepción, en la contemplación. Al abrirnos a la percepción, se relajan la mente, el cuerpo y las emociones.

Ejemplos de percepciones externas que ayudan a parar la mente son: contemplar una puesta de sol, escuchar una buena composición musical, sentir el agua del mar, escuchar el canto de los pájaros, etc. Pero la mejor estrategia es dirigir la conciencia hacia dentro. hacia la auto-percepción, es decir, cerrar el círculo utilizando la reflexión conceptual de “percibir al percibidor” u “observar al pensador”. “Cuando la conciencia se dirige hacia fuera, surge la mente y el mundo. Cuando se dirige hacia dentro, alcanza su propia Fuente y regresa a casa, lo No Manifestado” (Eckhart Tolle).

Algunas técnicas especiales para dirigir la conciencia hacia nuestro interior han sido enseñadas por maestros espirituales de todas las épocas. Muchas son técnicas de meditación o contemplación. Algunas de ellas son:
La unión de espacio y tiempo en la teoría de la relatividad

La teoría de la relatividad de Einstein representa la perspectiva del pájaro: todo el tiempo ya existe, todos los eventos existen en el espacio de 4 dimensiones (el espacio-tiempo). En este espacio nada sucede o nada cambia, debido a que contiene todo el tiempo. Desde la perspectiva de la rana, parece que el tiempo fluye, pero es solo una ilusión.

“No es posible definir un espacio o un tiempo absolutos, sino solo un espacio-tiempo, que es combinación de ambos” (Einstein).

Un suceso en el espacio de 4 dimensiones (las 3 dimensiones del espacio y el tiempo imaginario) tiene la forma (x, y, z, ict). Y la distancia entre los sucesos (x1, y1, z1, ict1) y (x2, y2, z2, ict2) es:

√((x2x1)2 + (y2y1)2 + (z2z1)2)

Espacio y tiempo físicos son duales y están unidos. Si, entre dos eventos, la separación espacial es la misma que su separación temporal, la separación total es cero. Para un observador, todo lo que observa está a distancia cero en 4 dimensiones.

Cuando observamos una estrella, la estamos viendo como era hace varios años luz, pero su separación de nosotros es cero en el espacio de 4 dimensiones. No podemos ver el presente si el suceso está separado espacialmente de nosotros. Siempre vemos el pasado.

Según la teoría de la relatividad especial de Einstein, si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz, observaríamos que todo el espacio quedaría reducido a un punto y que el tiempo se colapsaría reduciéndose a un solo instante. Es decir, desde el punto de vista de la propia luz, desde su propio marco de referencia, no hay ni espacio ni tiempo. Cada fotón (corpúsculo de luz) se ve a sí mismo como si naciera y fuera absorbido (por ejemplo, por nuestros ojos) en el mismo instante, aunque haya recorrido millones de años-luz desde una galaxia lejana. Para el fotón, no existe el tiempo. Y para él tampoco existen distancias, no existe el espacio; todas las distancias se reducen a cero. Además, los fotones no tienen masa. Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que la luz unifica en dos sentidos:
  1. La luz surge, emerge, se manifiesta desde lo profundo, donde todo está unificado.

  2. Si nos “sintonizamos” con la luz a nivel físico, entonces volvemos a lo profundo, a la unidad.
Estas propiedades o analogías de la luz justifican que la luz simbolice la consciencia profunda y unificada, la conciencia pura: Por consiguiente, quizás se cumpla la igualdad “luz = conciencia pura”, no solo metafóricamente, sino literalmente.


Tiempo psicológico

Hay un tiempo objetivo (o exterior) y un tiempo subjetivo (o interior o psicológico), el tiempo tal y como lo percibimos internamente. El tiempo psicológico está relacionado con la cantidad de novedades que percibimos durante un cierto periodo de tiempo. Si experimentamos muchas novedades, el tiempo psicológico se dilata, se expande y la consciencia también se expande. Si apenas experimentamos novedades, el tiempo psicológico se contrae, y con él la consciencia.

Ejemplos: Otras propiedades del tiempo psicológico, interno o subjetivo son:
Algunos pensamientos sobre el tiempo

La búsqueda de la verdadera naturaleza del tiempo (y su relación con el espacio) ha ejercitado la imaginación de filósofos de todos los tiempos.
Los mayas y el tiempo

Según los antiguos mayas, el 21 de Diciembre de 2012 se produjo un cambio de polaridad temporal. Se acabó el tiempo tal y como lo hemos concebido y percibido hasta ahora. Un cambio de consciencia en la percepción de la realidad en general, y el tiempo en particular. La era del hemisferio izquierdo, racional, lógica, del tiempo lineal, va a ser reemplazado por la era del hemisferio derecho, una era intuitiva, interna, de percepción de tiempo profundo, o del no-tiempo atemporal y eterno, donde todo está conectado.

Los mayas convirtieron el tiempo en una religión. Tenían dos calendarios: uno virtual llamado “Tzolkin”, con 260 días (20 meses de 13 días) y otro solar llamado “Haab”, con 365 días (18 meses de 20 días más 5 días adicionales).


Teoría de la relavidad de escala

Propuesta por Laurent Nottale [1993, 1997], la teoría de la relatividad de escala es una teoría unificadora de lo microscópico y lo macroscópico, de la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad, de la física clásica y la física moderna.

En la teoría de la relatividad las leyes de la naturaleza son las mismas para todos los sistemas de coordenadas de referencia. La teoría de la relatividad de escala añade a esto afirmando que esas leyes también son las mismas cualquiera que sea la escala del sistema de coordenadas, generalizando así el principio de relatividad. Según esta teoría:
Bibliografía